El Diseño Universal para el Aprendizaje
(DUA, en las siglas en inglés ).
Es un acercamiento que se enfrenta con la
barrera primordial para hacer aprendices expertos de todos los alumnos: un la
existencia de currículo inflexible, que pretende ajustarse a todos los
estudiantes y que, por ello, no hace sino aumentar las barreras para aprender.
Los aprendices con discapacidad o en otras situaciones de desventaja son más
vulnerables a dichas barreras, pero muchos alumnos sin discapacidad también
encuentran que el currículo está escasamente diseñado para alcanzar sus
necesidades de aprendizaje. La diversidad es la norma, no la excepción, en cualquier
lugar donde hay individuos reunidos, incluyendo las escuelas. Cuando los
currículos están diseñados para alcanzar las necesidades de la media general-
excluyendo las de aquellos con diferentes habilidades, estilos de aprendizaje,
formación, e incluso preferencias-, fracasan en proporcionar a todos los
individuos oportunidades de aprender justas e iguales. El DUA ayuda a estar a
la altura del reto de la diversidad sugiriendo materiales de instrucción
flexibles, técnicas y estrategias que den poder a los educadores para atender y
reconocer estas múltiples necesidades. Un currículo diseñado universalmente
está diseñado desde el principio para tratar de satisfacer las necesidades
educativas del mayor número de usuarios, haciendo innecesario el costoso proceso
de introducir cambios una vez diseñado “para algunos·” el currículo general
Hay tres principios primarios que guían el DUA, y proporcionan
la estructura para estas pautas:
Principio I: Proporcionar múltiples
medios de representación (el “¿qué?” del aprendizaje). Los alumnos difieren en
el modo en el que perciben y comprenden la información que se les presenta. Por
ejemplo, aquellos con deficiencias sensoriales (ejemplo. Sordera o ceguera);
dificultades de aprendizaje (dislexia), diferencias culturales o de idioma y
demás, pueden requerir todos ellos diferentes maneras de abordar los
contenidos. Otros pueden simplemente captar mejor la información a través de
métodos visuales o auditivos que a través de un texto escrito. En realidad, no
hay un solo medio que sea el mejor para todos los alumnos; el proporcionar
opciones en la representación es esencial. ·
Principio II: Proporcionar múltiples
medios de expresión (el “¿cómo?” del aprendizaje). Los alumnos difieren en el
modo en que pueden “navegar en medio de aprendizaje” y expresar lo que saben.
Por ejemplo, individuos con discapacidades motoras significativas (parálisis
cerebral), aquellos que luchan con las habilidades estratégicas y organizativas
(déficits de la función ejecutiva, TDHA), aquellos con un idioma materno
distinto a la lengua de acogida y demás, abordan las tareas del aprendizaje y
demostrarán su dominio de manera muy distinta. Algunos serán capaces de
expresarse correctamente por escrito pero no oralmente, y viceversa. En
realidad, no hay un medio de expresión óptimo para todos los estudiantes;
proporcionar opciones para expresarse es esencial. ·
Principio III: Proporcionar múltiples
medios de compromiso (el “¿por qué?” del aprendizaje). Los alumnos difieren
marcadamente en la forma en que pueden sentirse implicados y motivados para
aprender. Algunos alumnos se “enganchan” o conectan con la espontaneidad y la
novedad mientras que otros desconectan, incluso se asustan, al aprender así, No
hay un único medio de representación que sea óptimo para todos los estudiantes;
proporcionar múltiples medios de compromiso es esencial.
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